2 de septiembre de 2010

‘Presencias extrañas’ en Espejo Público

Hace unos días se estrenó en Telecinco un programa en el que algunos invitados contactaban mediante una médium con sus seres queridos fallecidos, Más allá de la vida. Estos temas deben tener éxito en la audiencia, puesto que Telecinco no es el único que se apunta al carro de lo paranormal. No hace falta decir que Cuatro dedica un programa propio a estos temas (Cuarto Milenio), y ya ni hablemos de los canales de TDT con tarot las 24 horas. Además periódicamente van saliendo temas aquí y allá en varios programas de otras cadenas. Uno de esos programas es Espejo Público de Antena 3, y dio la casualidad de que lo veía mientras dedicaban un espacio a lo paranormal. Habían invitado a varias personas que, habiendo perdido a seres queridos, decían haber tenido “experiencias extrañas” que demostrarían que esos familiares aún siguen ‘por ahí’ en algún sitio.


Lo primero que me inspiró el primer invitado fue lástima. No soy psicólogo, pero me sorprendería mucho que un especialista no reconociera en las descripciones que hacía ese señor de sus “percepciones” un síntoma de trastorno, totalmente lógico, por haber perdido a alguien y echarle de menos. Otro de los invitados vendría a ser como la especialista: una tarotista/médium. Me llamó mucho la atención su postura ante las declaraciones de los invitados. Constaban de dos partes diferentes: en la primera, con la que estoy de acuerdo, aconsejaba superar la pérdida, como aconsejaría cualquier psicólogo o un buen amigo, y una segunda que no comparto tanto en la que envolvía ese consejo con ‘energías’ y más allá’ y ‘evoluciones de los espíritus’ en el otro mundo. ¿Es que lo primero no es suficiente? ¿Qué necesidad hay de plantearse todas esas teorías espirituales si queda bien explicado y solucionado con la psicología? El resto de invitados eran dos chicos jóvenes, que decían haber tenido experiencias en las que notaban o veían algo que no sabían explicar. Uno de ellos decía ver una mancha en la periferia de su visión. La primera palabra que me vino a la mente fue: oftalmólogo. Pero por lo visto la explicación es más ‘sencilla’ que un problema ocular. Según la tarotista el chico tenía ‘capacidades’ (entiendo que en lo espiritual) que podría potenciar si quisiera.

Mi madre, que veía el programa conmigo, se sorprendía de que chicos jóvenes también hubieran dicho tener ese tipo de experiencias. Yo le decía que esas experiencias las puede vivir cualquiera, pero que no prueban nada más allá del hecho de haberlas vivido. La mente puede ser muy traicionera. Pero lo más perjudicial de todo, en mi opinión, no es que las personas crean que sus experiencias son pruebas de algo trascendental o espiritual. Lo peor es cuando, como seres inteligentes que son, intentan justificar racionalmente lo que pasa utilizando para ello cosas que podrían ser ciertas (o eso creen), pero sobre todo que les gustarían que lo fuera. Es entonces cuando una persona puede mezclar la realidad con sus deseos, más que razonables, de que sus seres queridos aún sigan vivos. Y esto lo veo perjudicial porque se pierde la objetividad necesaria para distinguir lo que se puede decir que es cierto, y lo que nos gustaría que fuese cierto. Eso hizo el chico del programa, alegando pruebas del tipo “la energía ni se crea ni se destruye, por lo tanto el alma (que es un hecho para un sorprendente número de personas), entendida como energía, debe acabar en algún sitio en lugar de destruirse” o “Los científicos han demostrado la existencia de muchas más dimensiones de las que vemos y por lo tanto alguna de ellas podría albergar ese otro mundo”. Eso es lo que puede hacer una persona inteligente que pierde a alguien, justificar racionalmente sus experiencias en favor de sus deseos. La existencia del alma o de otras dimensiones pueden usarse como excusa para esa justificación. Puede que este chico vea otros tipos de creencias como absurdas, pero en cambio esas dos dejan a un lado su capacidad crítica para que quepan sus necesidades de creer que un familiar no ha desaparecido.
  
En el propio programa se indicaba una dirección de una página en Facebook en la que los internautas podían dar su opinión sobre el tema. Entré y vi que mucha gente vive ese tipo de experiencias. ¿Pueden tantas personas estar mintiendo respecto a las cosas que sintieron? No lo creo. Como dije antes, no niego la experiencia, si no la justificación equivocada que se hace tras la misma. Oír algo que no sabes que es no lo convierte en la comunicación con un difunto. Creer ver una sombra o sentir una presencia desconocida tampoco las convierte en pruebas del más allá. Pero no hay nada que evite que esas personas se dejen llevar por sus deseos de creer, que son más fuertes y reconfortantes que aceptar una realidad desagradable. Entre los mensajes de la página mencionada antes, hay algunos que tratan el tema con escepticismo, pero muchos otros aportan sus experiencias personales y argumentos de apoyo a los invitados. Me ha parecido interesante comentar los más recurrentes:
  • Muchas experiencias se producen cuando la persona está despertándose o a punto de dormirse. Es un mal momento para el cerebro, porque se puede “soñar despierto” y creer que han sucedido cosas que en realidad se han soñado. He aquí algunos ejemplos, sin  el nombre para respetar el anonimato.
“Yo hace un par de años note la presencia de mi abuela....estaba durmiendo. Me veía en medio de un bosque de repente alguien empezó a decirme que no tenga miedo pero hay alguien quien quiere saludarme. Intente tranquilizarme toda la conversación fluía mentalmente....yo le decía que no no tendré miedo. Pero al momento que sabia que era una familiar mía, muerta, me asuste tanto que poco a poco empecé a despertarme. Al pocos segundo de abrir mis ojos solo vi a mi lado una sombra blanca, alejándose por la ventana.” 
“[…] la otra noche no recuerdo el día era madrugada y yo estaba profundamente durmiendo cuando me despierto que sentí una cosa rara en la pierna izquierda como una sensación como si alguien me cogiese la pierna.”
  • Otros comentarios hacen alusión al respeto a las creencias. Este es un tema delicado, porque todas las personas merecen ser respetadas, pero no todas las ideas son siempre igual de buenas, las crea quien las crea, y por lo tanto tampoco son igualmente respetables. Cada cual puede creer lo que quiera, pero eso no convierte automáticamente cualquier creencia en correcta. Para saber que la creencia en la vida después de la muerte es respetable se necesita algo más que las sensaciones de personas habitualmente relacionadas con el difunto. Se necesita algo más que la idea popular de que todos tenemos alma. Se necesita algo más que basar los argumentos en la ignorancia. La falta de pruebas a favor o en contra de algo no prueba nada. Los argumentos como ‘no se que fue aquello’, o ‘no se quien movió eso de sitio’, por tanto, no son pruebas de que exista nada sobrenatural, ya que se basan en la propia falta de pruebas. No saber algo, por falta de pruebas, no constituye la prueba de otra cosa que lo explique.

En resumen, no creo que las experiencias no sean sinceras. Éstas existen pero no justifican razonablemente todo lo demás (espíritus, fantasmas,…).Tampoco creo, como también leí en algún comentario, que haya personas con un don especial que les permita comunicarse con los muertos. Todos somos, en principio, susceptibles a esas experiencias. Se puede decir que todos tenemos sensaciones y vivimos experiencias que no podemos explicar, pero no todos aludimos a lo sobrenatural con tanta facilidad como otros. Si oigo ruidos extraños en casa quizás los ignore simplemente, o piense que es cualquier cosa como el perro del vecino o lo que sea, pero no me vendrá a la cabeza ningún pariente fallecido. Cada cual, por supuesto, puede hacer las interpretaciones de lo que desconoce de la forma que más le satisfaga.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sólo te digo que has de tener en cuenta que la mayoría de esas personas son actores, algunos se lo creen si, pero otros van por el dinero.

Dguin dijo...

Supongo que los del programa pueden serlo, pero los de Facebook creo que son sinceros en sus experiencias.
Gracias por comentar.