29 de julio de 2010

La inútil cualidad humana de perpetuar estupideces


  Como dice ese anuncio de una marca de bebidas, de la que no quiero recordar el nombre: “el ser humano es un animal extraordinario”. No sólo lo es, sino además él mismo lo reconoce y se enorgullece de sus capacidades. Como especie, ha sido capaz de llegar más allá que cualquier otra, no limitándose su vida a una serie de fines puramente animales (comida, reproducción, crianza,…) sino alcanzando objetivos más elaborados, colaborando entre los individuos de la especie, utilizando herramientas, y mejorando el conocimiento del entorno y con ello también dichas herramientas. Pero unos pocos miles de años de drástico cambio en el entorno y en los hábitos no son suficientes para quitarse de encima millones de años de evolución.Me parece importante mencionar en este punto que no me baso en ningún estudio en particular para muchas conclusiones que escribiré a continuación (cuando es así enlazo la referencia). Lo que escribo a partir de ahora son unas deducciones basadas la mayoría en mis propias observaciones. Por lo tanto que nadie lo tome como un hecho, ni como ciencia, ya que es puramente especulativo. No soy antropólogo ni pretendo hacerme pasar por uno.

Las adaptaciones de una especie a su entorno no son perfectas, aunque lo parezcan simple vista. Ciertas adaptaciones pueden volverse innecesarias con el tiempo (la muela del juicio, el dedo meñique del pie…) o incluso contraproducentes en algún aspecto (partos dolorosos en las hembras a causa de un aumento del tamaño del cráneo, problemas de columna derivados de caminar erguidos en individuos adultos…). Algunos de estos cambios empezaron antes que otros, pero en general puede decirse que se produjeron hace mucho más que unos poco miles de años. Por otro lado, los cambios en los últimos 5.000 años han sido bastante radicales. Éstos últimos tienen efectos curiosos en la especie, no tanto morfológicos sino más bien de comportamiento, como por ejemplo el de sentir empatía o comportarnos altruistamente con individuos que no son estrictamente de nuestro entorno más cercano, sino desconocidos o sin parentesco alguno(1). Otro efecto es el que da motivo a esta entrada. Se trata de la transmisión indiscriminada de hábitos, ritos o tradiciones.


  Cuando hablo de transmisión de hábitos, ritos o tradiciones me estoy refiriendo básicamente a la transmisión cultural. La forma de transmitir la cultura me recuerda a lo comentado anteriormente sobre adaptaciones a un medio que pueden volverse contraproducentes. Y en eso también influye el hecho de que nuestro entorno haya cambiado muy rápidamente en poco tiempo. Existe una forma de transmitir conocimientos de generación en generación que hemos heredado de nuestros antepasados prehistóricos. La forma más eficiente de, por ejemplo, enseñar a un joven a hacer fuego, no es que descubra por si mismo las infinitas formas que podrían crearlo y deducir cuál es la mejor. La forma más eficiente es la de imitar fielmente paso por paso el proceso de crear fuego observando a un adulto hacerlo. Obviamente, nunca podría haber evolucionado el proceso si no fuese por los individuos que introducen pequeños cambios. La evolución cultural se parece en cierta forma a la biológica, pero transcurre más rápidamente que ésta (los individuos pueden dirigir la evolución conscientemente con algún objetivo, esto en la biológica no pasa). Esa eficiencia supone una ventaja, ya que resulta más económico en tiempo y esfuerzo imitar que descubrir. Pero también supone un inconveniente, ya que en la imitación se pueden colar memes (el análogo cultural de los genes) que no sirvan para nada (2)* o incluso que resulten perjudiciales. La cualidad humana a la que me refiero en el título es precisamente la que deja pasar tanto la herencia cultural útil como la inútil. El método de aprendizaje por imitación es bueno, pero tiene ese inconveniente que hace que se transmita el “paquete” cultural completo, con mucha “basura” inservible de por medio en muchos casos. He aquí algunos ejemplos:
  • Ritos religiosos: Con ‘religiosos’ me refiero tanto a religión como a pensamiento supersticioso en general. Los humanos de la prehistoria podían transmitir sus conocimientos de como curar una herida con una cierta planta, pero también pasaban generación tras generación los cánticos, ritos, ofrendas y alabanzas a los espíritus para conseguir que la cura fuese efectiva. Evidentemente no tenían criterio para separar la parte del meme que cura (puede que un solo componente de todos de los que dispone la planta) de la que no cura nada (los ritos, las pinturas en la cara para ahuyentar malos espíritus, el resto de componentes del remedio que no son activos para la cura…). Los antiguos egipcios, por ejemplo, no solo aprendieron a cultivar, conservar, a cocinar sus alimentos y a trasmitir ese conocimiento, sino también celebraban ritos especialmente dedicados a la crecida del Nilo, de la que tanto dependían para sobrevivir (3). Esos ritos entraban dentro del “paquete” cultural de lo que había que hacer para tener comida, junto con los conocimientos sobre cultivo. Ese comportamiento es supersticioso, ya que los ritos no ayudaban de forma racional a que la crecida fuese buena, pero los egipcios no se arriesgaban a no celebrarlos cuando estaba en juego algo tan importante como la cosecha de todo una año. 
  • Protociencias, que sobreviven actualmente como pseudociencias: Cuando no se obtiene una perspectiva correcta del funcionamiento de la naturaleza, se pueden formar disciplinas que pretenden ser una ciencia, pero están equivocadas. Esos errores son razonablemente admisibles si los individuos de la época son incapaces de reconocer los fallos por falta de conocimiento, de manera que las disciplinas constituyen una protociencia. La alquimia es una protociencia que degeneró en la química a medida que se fue avanzando en el conocimiento de las sustancias que hay en la Tierra. La astrología podría considerarse una protociencia muy antigua que se vio superada por una ciencia real como la astronomía. La medicina tradicional de oriente, la que habla de energías y equilibrios, es comprensible cuando no se sabía ni lo que era el sistema nervioso, pero actualmente existe una medicina resultado de la ciencia que conoce bastante bien como funcionamos por dentro. Actualmente continúa existiendo la astrología y continúan vendiéndose remedios ancestrales de oriente por la cualidad humana ya mencionada de perpetuar acríticamente todo el meme con la basura y las estupideces que haya dentro. La antigüedad de un conocimiento es un factor que está sobrevalorado. Se pueden transmitir ideas erróneas durante generaciones solo por ese motivo.

  Algunos ejemplos más de estupideces heredadas culturalmente, a un nivel no tan general sino más local, y con un contenido 100% inútil:
  • El tabaco: ¿Puede alguien imaginarse una transmisión cultural más absurda e inútil que la del tabaco? Además entra dentro de mi definición de estupidez, puesto que para colmo es perjudicial para la salud. Como siempre, la bola de nieve se ha hecho demasiado grande y ahora existen empresas y familias enteras que dependen económicamente de que la gente se aficione a quemar alquitrán con algo de tabaco y aspirar el humo de la combustión resultante.
  • Los toros: Sobre los toros ya escribí en una entrada anterior, pero me gustaría añadir un par de cosas. Una es que, como en el tabaco, la bola se ha hecho muy grande, y ahora mucha gente depende económicamente de esta tradición. La otra es que es una tradición que va más allá de la fiesta. Hay un factor que influye en la propagación de la cultura del toreo: la pasión. Las personas amantes de las corridas de toros (que no de los toros, porque si fuese así no les gustaría que los mataran) realmente dicen sentir ‘algo’ especial. Y lo resumen de esa forma, como un sentimiento. No pongo en duda la existencia de esos sentimientos, y creo que son verdaderos, pasionales y profundos. Pero es que las personas podemos llegar a sentir pasión por multitud de cosas, por absurdas que sean. Sucede en un campo de fútbol, sucede en un concierto, sucede en una procesión de semana santa…, y sucede en una plaza de toros. Eso no justifica que se sigan produciendo, aunque siempre que no sean perjudiciales en algún sentido no habría objeción. En los toros es evidente que si hay perjudicados: el toro, y ocasionalmente algún torero que otro. 

  ¿Existe alguna forma de separar lo que resulta útil de la basura? Sí, la hay. Consiste en ser críticos con la cultura en la que hemos aparecido en este mundo, sin aceptarla solo por ser tradicional. Resulta difícil quitarse de encima millones de años de evolución en los que ha resultado tan útil la perpetuación indiscriminada de memes, sean como sean éstos. Pero tenemos la capacidad de desprendernos de esa herencia que nos hace aceptar lo que está establecido culturalmente y propagarlo sin más, y preguntarnos si realmente queremos vivir en un sitio donde las supersticiones sean aprendidas culturalmente o nuestra cultura sea la de personas orgullosas de que su fiesta nacional consista en matar a un animal en una plaza. Recientemente se han prohibido los toros en Cataluña. Es una prueba de que, si la mayoría así quiere, se puede cambiar una cultura heredada llena de irracionalidad y estupideces.


(*) En el enlace (2) puede verse como la niña golpea la caja antes de abrirla, algo que es absurdo, pero que entra dentro del “paquete” cultural de como se abre la caja, y de lo que no prescinde a pesar de no servir para nada. 


Referencias:
  1.  El Genio de Darwin - El quinto primate 1, El Genio de Darwin - El quinto primate 2
  2. http://www.somosprimates.com/2010/05/no-me-mires-que-te-imito/
  3. http://es.wikipedia.org/wiki/Nilo#Antiguo_Egipto
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